Mi amor

Amor, tenemos que hablar...

Debes saber que, a partir de este momento, tienes cuatro manos, cuatro piernas y dos corazones.
Ahora podrás agarrar más fuerte tus metas, porque yo estiraré para que las tengas más cerca; gracias a estas piernas mías correrás más rápido y jamás llegarás tarde a ninguna de las oportunidades únicas que da la vida—como lo fue nuestro encuentro—. Desde ya, puedes contarle al mundo que no hay ser en este planeta que sienta más que tú; pues en tu pecho albergas también mi corazón, que late incluso cuando el tuyo calla por un segundo intimidado por tu cómico estornudo.