Tápate los oídos para escucharme con el corazón; quizá así sí nos entendamos...

Tenerte cara a cara, hablándome de corazones, té y otros vicios y pretender disimular las ganas de besarte es tan imposible como aguantarse el grito al notar que tu cuerpo cae al vacío; sin posibilidad de agarrarte a una rama.

Y así me sentía: indefensa por no poder abordar toda aquella catarata de palabras a causa de tener la mente atrapada en tu boca.
No quería que me recordaras por lo torpe y tonta que parecía en ese momento, ni mucho menos por lo bien que beso. Tampoco por lo frías que eran siempre mis manos; quería más. Por ello, cuando noté que el precipicio se acababa y que la única rama que me podía salvar era tu cuello, me amarré a ti. Y te callaste, supongo que sorprendido por mi arrebato; ese que hizo que tus palabras entrecortadas chocasen directamente sobre mi boca.

Nos miramos a los ojos unos instantes, y tras darme cuenta de que mi susto era aún mayor que el tuyo; te besé.

La frente, el párpado, tu mandíbula... Recorrí cada una de tus facciones por el mero placer de entenderte; tu ceño eternamente fruncido, tus cejas preocupadas y atentas, tus ojeras tristes; tu sonrisa apagada.
Intenté buscar de ese modo el secreto para romper el hilo que hacía de ti una marioneta triste, cuya pena crónica estaba atada a los cambios del tiempo.

Entonces noté como tus manos se relajaban sobre mi espalda, y como tu pecho te pedía a gritos estar un poco más cerca del mío; como tu calor me invitaba a pasar, sin necesidad de quitarme los zapatos... Como, poco a poco, me dejabas conocerte.


...

Quizá medio mundo se haya enterado de lo que esa noche dio de si. O no. Pero fuese como fuese ésta es la parte que más me gusta, ¿Recordamos?:

— Todo esto no debería ser tan fácil, ni tan rápido...
¿Qué es 'todo esto'?
Tú y yo.
Jajajaja... ¡Tú y yo no somos nada!
— Esa doble negativa llena de dudas una mente como la mía...
Simplifico: Entre 'tú' y 'yo' no hay nexo. Eres tú. Soy yo.
— Vale, bien. La parte léxica me queda clara; ahora dime qué sientes.
¡Vértigo!
— No te hagas la tonta, sabes de lo que te hablo.
Pero decírtelo sería ponértelo demasiado fácil...
— Pues complícalo, ¡Tú eres experta en eso!
Hmmm... Ну ладно, ты сам этого искал: Я горю. И не только от твоих рук; твои слова, губы, твой голос... Всё что я боялось исполнилось: пока твоё дыхание падает на мою кожу, я живу. Ну я не знаю что будeт когда, на станции, ты отпустишь мою руку.
Я не хочу этого знать. Я боюсь... Просто и по-настоящему боюсь.
И не смотри так на меня! Я только ищу как сказать тебе что ты не должен меня любить, и я тебя не должна вспоминать. Что мы не должны смотреть друг на друга после того как ты отпустишь мою руку на вокзале... Что нам просто надо жить дальше, и только видится когда в сердце становится совсем хренова.

...
Pff... Mira, te decía que...
— Calla. No me digas más. El tono de tu voz me ha estado volviendo loco desde que has comenzado tu largo y un tanto caótico monólogo... Me has embriagado.Estoy borracho, ¡Sonrío! Y sé que mi corazón no necesita diccionarios ni traductores para saber que un 'no quiero sufrir' es el prefecto resumen a tus palabras.